El compañero de composición de John Lennon
tampoco era un holgazán lírico. En el transcurso de una carrera notable, Paul
McCartney en su mejor momento ha demostrado ser un astuto cronista del mundo
que lo rodea y de la condición humana.
En otras palabras, un poeta. Muchas de
sus letras ('Penny Lane', 'Eleanor Rigby') vinieron de lugares de su pasado; su
don ha sido encontrar historias en dichos lugares y hacerlos universales. Casi todos
entendemos el tirón de la nostalgia que proviene de la letra de 'Penny Lane', a
pesar de nunca haber estado ahí.
Igualmente, McCartney fue capaz de hablar de
manera elocuente sobre temas de actualidad, desde la apertura de la brecha
generacional en los años 60 ('She's leaving home') hasta los derechos civiles
en EU ('Blackbird').
Álbumes posteriores como Chaos and creation in the backyard mostraron a un poeta maduro de
rara sensibilidad que todavía tiene sentido del mundo que lo rodea. Mientras
tanto, la publicación de Blackbird
Singing: Poems And Lyrics 1965-1999, en 2001, vio poemas nunca antes vistos
entre las letras, lo que sugiere que McCartney había estado escribiendo poesía
en privado durante algún tiempo.
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