No busco el esplendor sino tus manos,
tu risa, tu simpleza que me roba
Me secuestran tus ojos y el aroma
a silencio puro y despojado.
Me pierde el no saber si estás queriendo
Y mata comprender quién soy amando,
palabra tras palabra van quedando
mis gerundios rebeldes sin aliento.
No importa si es la hora de las rimas,
si ayer me equivoqué y hoy va desecho
mi corazón sinfónico entre líneas,
si pronto la mañana se avecina
y es puro laberinto este argumento.
Por ti voy a brindar toda la vida.
- Daniela Tomé
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