domingo, 1 de marzo de 2020

Surgimiento del "Stadium Rock"

En plena cima de la Beatlemanía, el domingo 15 de agosto de 1965, The Beatles inventaron el Rock de Estadio. Su desempeño récord en el Shea Stadium de Nueva York fue el punto culminante de la gira del grupo en 1965 y se convirtió en un hito en la historia musical pop como el primer concierto importante de estadio.

El concierto, presenciado por 55,600 asistentes, marcó el comienzo de la segunda gira completa de conciertos en EU. El sonido del grupo quedó completamente apagado por los gritos de la audiencia.

No obstante que The Beatles no podían escucharse a sí mismos (no había altavoces de monitor) y el sonido se bombeaba a través de un sistema utilizado para hacer anuncios de béisbol, los integrantes del grupo estaban sincronizados en todo momento. Ringo Starr dijo alguna vez que pudo mantener el tiempo en el concierto al ver moverse los dedos de sus compañeros.

The Beatles esperaban aterrizar en el campo en helicóptero, pero dicha idea fue cancelada por las autoridades de la ciudad de Nueva York, por lo que viajaron en limusina desde el Hotel Warwick a un helipuerto, desde donde fueron trasladados en un Boeing Vertol 107 de New York Airways, sobre la ciudad de Nueva York, hasta el techo del edificio de la Feria Mundial en Queens.

Desde ahí, abordaron una camioneta blindada de Wells Fargo, donde cada uno recibió una insignia de agente de Wells Fargo, y fueron conducidos al estadio. Los Beatles se colocaron en un desvencijado escenario en el diamante del infield. Miles de brillantes flashes saludaron al grupo al entrar, haciendo que el campo pareciera un laboratorio de electrónica salvaje.

El evento, promovido por Sid Bernstein, estableció un récord mundial para las cifras de asistencia y también para los ingresos brutos. The Beatles se embolsaron 160 mil dólares de los ingresos de taquilla de un total de 304 mil dólares. Para controlar a esta gran multitud, más de dos mil empleados de seguridad se alistaron para evitar que los asistentes corrieran del campo hacia el escenario.

Curiosamente, entre las asistentes había dos futuras esposas de The Beatles. Tanto Linda Eastman como Barbara Bach (las futuras esposas de Paul y Ringo, respectivamente) estaban sentadas entre los demás admiradores.

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