En una fría tarde de domingo de febrero de
1967, un grupo de amigos se reunieron en Redlands, la casa de West Sussex del
guitarrista de los Rolling Stones, Keith Richards. Entre ellos estaban Mick
Jagger y su novia Marianne Faithfull, el fotógrafo Michael Cooper, el decorador
de interiores Christopher Gibbs, un personaje por excelencia de los años
sesenta llamado David Schneiderman, a quien todos conocían como "el Rey
Ácido", y el esteta y dueño de la galería de arte del Viejo Etoniano,
Robert Fraser, conocido por sus amigos como "Groovy Bob".
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