En 1984, comenzaba a mostrar los síntomas de
una misteriosa enfermedad debilitante que apenas comenzaba a conocerse como
SIDA.
En 1986, murió en la casa de su madre en Chelsea. Tenía 49 años de edad. Se
cree que, si hubiera vivido, Fraser finalmente se habría enfrentado a sus problemas
con la bebida y se habría equilibrado.
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