Pero no fueron solo las
dificultades técnicas las que dejaron a Daltrey hastiado. A pesar de ser
recordado como una especie de utopía hippie, a sus ojos, el festival fue mucho
menos romántico. “Woodstock no era paz y amor. Hubo una gran cantidad de gritos
y gritos. Para cuando todo terminó, los peores aspectos de nuestra naturaleza
habían salido a la luz. La gente gritaba a los promotores, la gente gritaba
para que le pagaran. Tuvimos que cobrar, o no podríamos volver a casa”.
miércoles, 1 de diciembre de 2021
Daltrey y su animadversión a Woodstock (VI)
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