miércoles, 29 de junio de 2011

Un héroe de brumas y borrascas...

"Y cuando tratas de decirle /
que careces de amor para ofrecer /
te toma y te mece entre sus brazos /
dejando que el río conteste /
que siempre fuiste su amante".


El acompañante perfecto para un día de nublados, brumas y neblinas parciales como el día de hoy no puede ser otro más que el poseedor y creador de ese imaginario sentimental, de esa ambivalencia fundida con valor inalterable entre poesía y música, el mismo que a su vez se caracteriza por ser, en punto excelso, un recitador de voz grave única… Sí, el referido hombre suele hacer acto de presencia con poesía cantada. Con ejercicios prosísticos que suelen mecerme al ritmo de melodías folk únicas hasta el día de hoy. Sus canciones son, simplemente, literatura convertida en canciones. Poesía y canciones susurradas de forma feroz.

Con el paso del tiempo, nada ha podido con la estela de este hombre a su paso convertido a su vez en una especie de "neo juglar" desde aquellas tertulias literarias de los años 60. Sí, en aquella época, este gran hombre se dio tiempo para adentrarse en las tradiciones folk del momento. Terminó revisándolas y agregándoles su propia sensibilidad poética. Por supuesto, con un poco de ayuda de sus amigos Henry David Thoreau y Walt Whitman.

Este acompañante perfecto suele hacerse presente en tiempos duros, cuando hay sufrimiento, lo mismo que en momentos en que se ejerce la dialéctica del amor... Suelo rendirme ante sus himnos, los cuales pueden ir de lo sagrado a lo profano, por decir lo menos… Sí, opongo nula resistencia a estos susurros, a estas sentencias poéticas vueltos himnos.


Sí, amo y sufro con este hombre. Con este compositor e intérprete canadiense nacido en Montreal, en un lejano año de 1934. Este cantautor resiste perfectamente las embestidas del tiempo. Inevitablemente, siempre hay una fuerza invisible que me impele a tararear, silbar y canturrear las piezas de este héroe de brumas, nublados y, además, no pocos escenarios nocturnos…

Disfruto la presencia de su interminable estela a la par de nubarrones, lloviznas, brisas, abrigos, impermeables…

Sí, en días en los que prevalece este singular clima, se sufre por Leonard Cohen, se ama a Leonard Cohen…



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