En una época en que los
festivales de música saturan la esfera popular, es importante recordar a Woodstock como un punto de
referencia por lo que realmente pueden ofrecer a la sociedad. A pesar de
que festivales como Coachella y Lollapalooza se están perdiendo
lentamente en el comercialismo,
todavía hay un ápice de importancia
cultural en la idea sobre la que están construidos.
Cuando tanta gente
joven, interesada y con experiencia musical se reúne en un solo lugar, siempre
existe la posibilidad de un cambio
social y artístico.
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