El verdadero poder de la canción
viene con su atemporalidad: el
sentimiento central de Mitchell de "volver al jardín" es un deseo universal, especialmente para
aquellos que trabajan por el cambio.
Su letra va más allá de la melodía en sí,
y funciona como una reflexión poética
sobre el significado del festival dentro del espíritu de la década de los 60.
Para Mitchell, todos somos "polvo dorado
de estrellas", "carbono de mil millones de años", todos
iguales en el sueño de avanzar en
nuestras vidas y sociedades.
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