Hace poco más de 50 años que Pink Floyd tocó por primera vez en
Nottingham. El grupo, a unos años de ser el fenómeno global que llenaría el
estadio en el que se convertirían, sólo dejaba su marca.
Y el concierto del 3 de diciembre de 1967 fue notable, ya que sería uno
de los últimos con el brillante cuan iconoclasta Syd Barrett.
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