martes, 18 de diciembre de 2018

Mick Taylor: el Stone Exiliado (VIII)


Hoy considera la dimensión extra que le dio al grupo: “Es interesante porque muchas de las canciones que hicieron antes de Beggars Banquet eran singles más orientados hacia el pop, cosas como "Ruby Tuesday" o "Let´s Spend The Night Together". Pero en realidad, los Stones siempre habían sido un grupo de blues. Así que en un sentido, estaba en un terreno muy familiar, pero de otra manera fue una verdadera partida para mí. Una vez que me uní y grabamos Let It Bleed y Get Yer Ya-Ya’s Out, formé parte del grupo. Siendo un improvisador, noté que siempre habría un espacio para un solo de guitarra, lo cual no siempre había sido el caso en los discos de los Stones".

Pero necesitabas una columna vertebral fuerte para sobrevivir a la vida durante las giras con el grupo de rock más grande del mundo. Si la iniciación de Taylor en Hyde Park no fue suficiente, cinco meses después llegó Altamont. El desastroso concierto gratuito cerca de San Francisco se vio empañado por violentos enfrentamientos entre Hells Angels y la multitud.

"En Altamont sucedió todo tan rápido", recuerda Taylor. "Fue muy surrealista, en realidad fue una pesadilla. La idea de hacer un espectáculo en el circuito de Altamont fue una idea de último momento. Habíamos terminado la gira y estábamos en Muscle Shoals en Alabama, grabando “Wild Horses” y “Brown Sugar”.

"Nunca he podido descubrir por qué hicimos ese programa. No tuvimos ninguna participación práctica en su organización; todo se hizo sobre la base de la confianza. No se sintió bien desde el momento en que llegamos. Un tipo saltó y lanzó un puñetazo a Mick Jagger. Era un caos. Y el hecho de que los Hells Angels vigilaran no ayudó. Tomaron la ley en sus propias manos y comenzaron a echar a la gente del escenario. "Fue un alivio salir, pero eso también fue aterrador".

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