Teniendo en cuenta algunos de
los problemas que el grupo había enfrentado con las portadas de los álbumes
anteriores, estaban decididos a tener una que se viera como querían, por lo que
Mick y Charlie comenzaron a trabajar con Andy Warhol para llegar a un concepto
que le agradara al grupo.
La portada del vinilo original, con su cremallera
totalmente funcional, es ahora una de las portadas de álbumes más conocidas del
mundo; en ese momento, se le solicitó al New
Musical Express que escribiera: "La fama se ha extendido desde los
labios de Mick Jagger hasta sus cremalleras".
Todo era parte de la
determinación con la que los Stones concretaron Sticky Fingers a la perfección.
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