Solía quedarme mucho en casa de “Moonie”. Keith era un tipo maravilloso, pero Dios se excedió. El médico venía y le daba tantas cosas sangrientas, y tres días después Keith las había tomado todas. Había Valium 10, pastillas para dormir, pastillas para despertar y pastillas para acelerar, y él las tomaba todo el tiempo. Y habría champán por las mañanas, con brandy. Solía mirarlo con incredulidad.
Una vez estaba preparando una taza de té por la mañana y su encantadora novia sueca, Annette Walter-Lax, bajó (los había escuchado pelear arriba) y tenía rasguños en cada lado de la cara,. Dije: "Annette, ¿qué pasó?" Y ella contestó: “Oh, nada. Keith acaba de arrojarme el gato".
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