miércoles, 15 de noviembre de 2017

Convivencia entre Stones...

Charlie: Durante los años 80, yo estaba hecho un desastre y no me daba cuenta de los problemas entre Mick y Keith, y del peligro que corría la banda. Estaba en muy mal estado, tomando drogas y bebiendo mucho. No sé qué me hizo comportarme así, cuando nunca lo había hecho antes.

Keith: Charlie estaba muy fuerte físicamente y te aseguro que no es agradable que la mano de un baterista te agarre del cuello. En una ocasión, en Amsterdam, la agarró en contra de Mick. La cosa fue así. Mick y yo nos pasamos de copas. Por cierto, le había dejado mi saco de boda. Mick estaba en pedo, y cuando Mick se mama, se puede poner pesado. Volvimos al hotel y Mick quiso hablar con Charlie. Le dijo por teléfono algo como: "¿Dónde está mi baterista?".

Charlie: Me hizo enojar, así que subí las escaleras corriendo y le dije que no volviera a llamarme así.

Keith: Llamaron a la puerta y era Charlie Watts vestido con un traje de sastre, corbata, perfectamente peinado, afeitado y perfumado. Se dirigió a Mick, lo agarró de las solapas y le dijo: "No me vuelvas a llamar ‘tu baterista’ en lo que te queda de vida". Y bum, le puso una piña. En la mesa había una gran fuente con salmón ahumado. Mick se cayó hacia atrás, y al ir a dar sobre la fuente, resbaló y estuvo a punto de caerse por la ventana. Yo estaba sentado cerca, así que pensé: “¡Mierda, es mi saco!”. Y lo agarré antes de que cayese.

Fragmento del libro According to The Rolling Stones

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