Los grupos pop-punk de 1978 no necesariamente eran apolíticos, ni
tímidos respecto de los fanáticos potenciales o tomar una postura de
principios.
Ese año, Buzzcocks y Generation X tocaron en Rock Against Racism, una serie de
conciertos de alto perfil organizados para contrarrestar el surgimiento del nacionalismo blanco dentro de la escena punk en el Reino Unido.
La polémica no fue algo natural para la mayoría de los pop-punks, al menos no cuando se
trataba de hacer música. Como Billy Idol
explicó a New York Rocker:
"No
creo que puedas ser como un partido político y ser un grupo de rock and roll
también". Ese punto es discutible, pero dio una idea del deseo del pop-punk de mantenerse al margen
de escándalos.
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