En sólo un año, The Blues Project se había
convertido en una fuerza exploratoria formidable y creativa, incorporando
elementos de otros géneros que van desde el folk hasta el jazz y arrojándolo
todo en una licuadora psicodélica.
Aunque la lista de canciones en esta ocasión
todavía estaba inclinada hacia el material de covers, tanto Kooper como Katz también contribuyeron con canciones,
lo que sugiere que no eran tan puristas que se limitaron a actualizar las obras
de los maestros de Chicago y Delta.
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