lunes, 25 de julio de 2011

El pop-rock psicodélico de Kula Shaker...


Un emperador indio del siglo VIII, Kulasekhara, sirvió de inspiración para que se gestara el nombre de una de las bandas de Brit-pop más importantes en/desde la década de los 90 a la fecha: Kula Shaker. Una vez que escuchamos a esta agrupación nos percatamos claramente de que no solamente existe influencia por parte del extinto emperador. No, hay más…


Pop-rock psicodélico con tintes de la India colonial. Misticismo. Medievalismo teórico. Fuerte carga de hinduismo. Inevitable, entonces, quedar inmediatamente prendido del exótico sonido de Kula Shaker: sonido místico hindú, melodías pegajosas, guitarras al estilo de Harrison, letras en sánscrito, teclados psicodélicos, entre otros elementos por demás atractivos…



El audio que desprende esta primera producción de la banda, K (1996), se encuentra impregnado de un claro sabor e influencias orientales, las cuales van aderezadas perfectamente con su dosis de pop y psicodelia. Además, por si fuese poco, solos de citara y letras en sánscrito. Sí, muy cierto, no es la primera ocasión en que esta hibridación tiene lugar: el antecedente marca que desde la aparición del álbum Rubber Soul (1965), ya se manejaban estas atrevidas, a la vez que atractivas, combinaciones musicales. El plus en esta producción es que, no obstante no ser pionera en el género, termina funcionando perfectamente.



La agrupación era liderada por Crispian Mills (guitara y voz), Paul Winter (batería), Bevin Alonza (bajo) y Jay Darlington (teclados), quienes consiguieron que K se convirtiera en el álbum debut con ventas más rápidas en Gran Bretaña, desde Definitely Maybe, de Oasis. De ahí que, con casi 15 años de por medio, haya terminado convirtiéndose en una autentica joya del movimiento Brit-pop.



Esto a pesar de que K es no sólo poco conocido sino que, además, poco apreciado. De principio a fin se perciben las marcadas y claras influencias: especialmente de The Beatles, así como de The Grateful Dead. Cierto, la voz de Mills no es nada espectacular, pero ayuda a desahogar más que bien toda la producción. Cabe agregar que no pocos riffs de guitarra destilan una especie de homenaje para Jimmi Hendrix.

K, por lo tanto, es un impresionante debut, que no encajaba ni antes ni ahora en la escena indie británica. Kula Shaker, una propuesta musical fuertemente influenciada del pop de los Stone Roses, por la psicodelia (Pink Floyd) y otro tanto del rock clásico (Deep Purple)


En una entrevista de 1996 Crispian Mills dijo: “La industria musical es como un enorme y gigantesco monstruo, tosco y subalimentado. Sólo bandas manoseadas. Esto me produce nauseas, y lo que uno haga con su vomito es lo que cuenta. Nos desagrada mucho ser asociados con el movimiento del Brit-pop, ya que 98% de él es superficial. Nuestra generación sólo quiere evadir sus mentes. Nosotros intentamos expresarnos a nosotros mismos, mostrar algo fresco y a la vez divertido. Intentamos ayudar a hacer la música nuevamente algo cool, integrando todas las cosas que nos han inspirado. Deseamos poner todos nuestros sentidos y emoción en el rock, para recordar a la gente de dónde provienen todos aquellos sentimientos inspiracionales que tenemos en común".

Tristemente, Kula Shaker terminó disolviéndose en su mejor momento, en 1999, después de su segundo trabajo Peasants, Pigs & Astronauts, que si bien no fue un suceso en ventas como K, la banda se encontraba en excelente forma y en franco crecimiento. Desde entonces, algo se perdió en el camino. A pesar de una reintegración, la banda no ha vuelto a ser la misma.


A menudo, como en esta ocasión, la retrospectiva nos brinda una oportunidad espectacular para volver a ejercer la valoración, la percepción, sin tanto humo de por medio. La flama que desde un principio ardía en K sigue deslumbrando. Afortunadamente…

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