viernes, 1 de julio de 2011

"Boy", infante que afectó todo a su paso...

Hablar de U2 en sus comienzos parte de una primera y mayúscula sorpresa: desde los arranques de su carrera, esta banda irlandesa ya tenía bien definido un sonido que, a la postre, resultaría característico, propio. Si nos ponemos estrictos, notaremos que Bono no hace como que suena joven, es decir, realmente suena joven. Paralelo a ello, la guitarra de un veinteañero The Edge ya se deja sentir como el hilo conductor de este su disco primero. A pesar de sus veintitantos años, los integrantes de U2 sabían que estaban comenzando a trazar un camino definitivo en sus vidas… No todos los grupos de la época, sin embargo, tuvieron un comienzo tan sólido como en Boy lo tuvieron estos irlandeses.

El álbum arranca, antes de su producción misma, con una anécdota curiosa en dicho contexto: originalmente sería producido por Martin Hannet, quien en el último minuto se tuvo que mantener al margen, debido a la muerte de Ian Curtis, de Joy Division. Ante esto, no dejo de plantearme cómo les hubiese ido a estos cuatro de Dublin en caso de empezar el trabajo de producción con Hannet. Empero, no fue así, en su lugar entró al relevo un Steve Lillywhite, hombre puntal en el forjamiento del sonido de una neo identidad sonora.

En términos generales, el álbum marca la transición de la niñez a la adultez, con todas y cada una de sus incertidumbres, de sus angustias… En este sentido, desde el título mismo de la producción, letras y canciones resultan demasiado inmaduras. El insalvable Cronos demostraría que se requerirían unos cuantos años más de inversión antes de que Bono empezara a jugar con las palabras y empezar así a proyectar sus ambiciones mesiánicas.



Cuando David "The Edge" Evans, Paul "Bono" Hewson, Larry Mullen Jr. y Adam Clayton lanzaron su primer EP, en 1979, todavía eran adolescentes con una actitud y una ingenuidad que no acababa de encajar con el resto del mundo post-punk.


La producción de Lillywhite abriría con "I Will Follow", colosal surgimiento de una canción que, a la fecha, se caracteriza por ubicarse entre las mejores canciones del catálogo de la banda. Bono y una incipiente poderosa voz sería acompañado de la guitarra de The Edge, quien se acercó como un pintor y su pincel, cubriendo los lienzos de las canciones en lugar de recurrir a riffs básicos o rasgueos simples.

En este contexto preciso, los integrantes de la banda, empiezan a hacerse de una característica distintiva: idealismo y positividad (casi) natural. Boy se encuentra en la cúspide entre juventud y virilidad, que se exenta de asumir responsabilidades y tristezas propias de los adultos. Los temas aquí comprendidos nos hablarían de mayoría de edad, perdida de la inocencia, pasión adolescente, así como una primera toma de conciencia acerca de la muerte…

Así fue como U2, entonces en el polo comercial del post-punk, comenzarían un largo trance para convertirse en mega-estrellas de rock. Han disfrutado de las ventas inagotables de este álbum durante varios años. El productor de Boy, Steve Lillywhite, ya tenía cartas credenciales desde antes de unirse a la banda irlandesa… pero nada le dio tanta credibilidad como la producción de este álbum de U2. Lillywhite ayudó a definir el sonido U2. Cierto, esta producción debut, Boy, no era una gran sensación; si acaso, simplemente, una onda. Pero las ondas tienden a generar maremotos, que terminan afectando todo a su paso…

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