¿Por qué recordar a Sandy
Denny? Porque su voz era, en palabras de una encuesta en el Times en 2014, la voz de Albión. Una voz que a través de su pureza y melancolía logró invertir todo lo que cantaba,
incluidas sus propias composiciones, con los misterios del pasado.
Pete Townshend, vocalista y guitarrista de The Who, la refiere como "la voz folklórica británica
perfecta". Sin rastros de vibrato. Simple y fácil".
Ralph McTell, ocasionalmente uno de sus músicos secundarios, define
la voz de Denny como "desgarradoramente hermosa, descifrándose en el lugar
correcto para tocar el corazón emocional
de la canción".
Escuchar sus inolvidables
interpretaciones en su primer álbum solista, The North Star Grassman and the Ravens, es escuchar un dolor crudo, una tristeza desolada de un tipo que ningún otro artista en el campo de
la música popular ha replicado alguna vez.
Denny misma insistió en que
no era la voz lo que importaba, sino la canción, que el objetivo de la canción era contar la historia de la canción.
Muchas de las canciones que cantó, incluidas las que ella misma escribió, eran
complejas y alegóricas. A diferencia de muchas cantautoras, reveló poco de sí misma en ellas. Fue
la voz que les dio su forma y resonancia.
Alguna vez, Bob Dylan afirmó crípticamente que "la música tradicional es la única
muerte válida verdadera". La muerte real de Sandy Denny fue pésima. Tal vez, si Dylan tiene razón, fue en su
música que ella murió realmente.
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