A Keith Moon le gustaban especialmente las giras, ya que no sólo
era una oportunidad para socializar regularmente con sus compañeros de grupo, sino
que también era una oportunidad para
socializar con todos.
A Moon le encantaba festejar tanto que era casi una ocupación en sí misma, una excusa para exhibirse masivamente. En
varios momentos de su carrera intentó mudarse al cine, pero mientras tenía un
cameo en 200 Motels, de Frank Zappa, la película That'll Be The Day y su secuela, Stardust, así como la versión
cinematográfica de Tommy, Keith no tenía la disciplina para tomar
una decisión seria.
El productor David
Puttnum dijo: "La bebida pasó de ser una broma a ser un problema. En That'll Be The Day fue bebida social; para cuando Stardust llegó, era difícil beber". Y esto fue en 1974...
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