Esconderse detrás de una nueva identidad para
reinventarse, o para robar una felicidad a la que uno cree que tiene derecho:
esta obsesión pinza a Claire. Al adaptar la novela de Camille Laurens, el
director aborda varios puntos de vértigo: el miedo al envejecimiento y el
abandono, pero también el misterio del amor, donde las palabras y la voz del
ser deseado cuentan tanto como lo carnal.
El director da, además, una
construcción aprendida de la historia, sorprendente hasta el final, y mantiene
el suspenso por su puesta en escena de mensajes escritos y llamadas
telefónicas. Del mismo modo, una terapeuta (Nicole García) termina haciendo las
veces de detective, en compañía del cautivante soundtrack de Ibrahim Maalouf.
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