La publicación de la revista Zap proporcionó exposición, pero no
ingresos y Crumb estuvo casi sin dinero. Crumb imprimió, dobló y engrapó copias
del primer número y las vendió en la calle de Haight-Ashbury a 25 centavos la copia.
Los propietarios de las tiendas en esa zona de la cadera no entendieron qué
pasaba con estos cómics que les ofrecía. Almacenaron carteles de
conciertos de Art Nouveau psicodélicos,
incienso, pipas, bongs, velas.
Pero en seis meses Crumb se hizo conocido por su talento como artista de cómics
underground.
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