No sé exactamente cómo
aconteció.
Estábamos en la cama. Yo
dentro de ti.
De pronto me di cuenta que la
belleza
era mi ángel guardián.
Te dije que te amaba.
Como nunca había amado a
nadie.
Me dijiste lo mismo.
Y sobrevino el llanto al
mismo tiempo
que el semen.
Lloraste aún con mayor
intensidad.
Nos juramos amor.
Las almohadas quedaron
empapadas
de lágrimas.
Eusebio Ruvalcaba
No hay comentarios:
Publicar un comentario