A finales de los años 60, Pink
Floyd se había convertido en una formidable banda de giras en vivo. Aunque Meddle era un álbum que se deleitaba en
su uso del estudio de grabación, fue el primer álbum en capturar parte de la
potencia y la emoción de la experiencia en vivo de los ingleses. Después de Meddle, nadie los llamó 'el' Pink Floyd.
Aquellos que compraron Meddle en 1971
no preguntaron "¿Dónde está Syd?". Quizá cada vez más preguntaban:
"¿Quién es Syd?".
En general, los seguidores de
Floyd aceptan que Meddle fue el punto
en el que Pink Floyd, tal como los conocemos, realmente comenzó. Ahí está el
abismo energético efervescente “One of these days”. Está a su vez el que es el
modelo de la mitad de las canciones de Dark
Side of the Moon. La música de la banda sonora que habían grabado estaba ahí
para cumplir una función: era atmosférica. Pero no eran buenas canciones. “One
of these days” es Pink Floyd 2.0.
Si bien en su primera
encarnación eran una banda de pop y una banda psicodélica de forma libre, “Arnold
Layne” y “See Emily play” fueron exitosos singles,
los años posteriores los vieron perder por completo el interés en dicha lista.
De esa manera iban con la corriente de sus contemporáneos, convirtiéndose en un
grupo enfocado en álbumes. Pero “One of these days”, una gran canción (a pesar
de no tener palabras que no sean una frase hablada) demostró cuán capaces eran
de producir algo accesible cuando así les apetecía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario