"Siempre está
trabajando", refiere Adam Cohen de su padre, Leonard. “Es un proceso
aislado: se fue a extremos monásticos. Él me dijo: 'Cuando estás exhausto y has
pasado horas y más días de lo que pensabas en una canción, es cuando sabes que
el trabajo real ha comenzado'. Es un maravilloso emblema de su devoción,
disciplina y dedicación. Nunca ha habido una molécula de vacilación. No le
preocupan las canciones que ya ha escrito. Su única preocupación son las nuevas
canciones que está tratando de terminar".
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