Al deshacerse de su imagen de
dios dorado, y la posición mítica de Led Zeppelin en el proceso, Robert Plant
se ha convertido en una genuina anomalía: un auténtico artista de raíces
americanas nacido y criado en Inglaterra.
Mientras Jimmy Page da nueva vida
digital al antiguo catálogo de Zeppelin, Plant está a medio mundo de distancia,
al menos en sentido figurado, explorando ritmos africanos, ritmos pan-globales
y las muchas complejidades enterradas en la música que tiene poco que ver con
el blues estadounidense.
A diferencia de muchos de sus contemporáneos, que se
han aferrado a sus días de gloria como si fueran las líneas de vida que los
mantienen vivos, Robert Plant ha logrado mantenerse relevante al profundizar en
un pasado más profundo y variado. (Hugo Méndez - Idea Musical)
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