Keith Richards (casi) ha muerto muchas veces,
pero hay una llamada cercana que dice que es "la más espectacular":
el 3 de diciembre de 1965, mientras tocaba "The last time" frente a una
audiencia de cinco mil asistentes, en el Memorial Auditorium en Sacramento,
California, su guitarra tocó el soporte de su micrófono, se disparó una llama y
Richards cayó al suelo, inconsciente.
El promotor Jeff Hughson pensó que Richards
había recibido un disparo. El asistente Mick Martin dijo: "Vi
a Keith volar en el aire hacia atrás. Pensé que estaba muerto. Estaba
horrorizado. Todos lo estábamos".
Resulta que Richards se había
sorprendido por la descarga eléctrica del micrófono. Lo llevaron con tubos de
oxígeno y lo trasladaron al hospital. Richards reiría al recordar haber
escuchado a un médico en el hospital decir: "Bueno, o se despierta o
no".
Richards pudo sobrevivir gracias a las suelas gruesas de sus
zapatos de gamuza, mismas que detuvieron la carga eléctrica. Volvió al
escenario la noche siguiente.
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