El bajo Rickenbacker, el
sombrero negro, la botella de Jack Daniels, el topo, la leyenda. Pocos bajistas
han sido la cara icónica del rock en la forma en que lo fue Lemmy Kilmister. Su
forma de tocar, con su atuendo de speed-metal en Motör-Head, enseñó a las
futuras generaciones de bajistas que la actitud es tan importante como el
talento.
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