Fue en el desierto de California, los baños y
las instalaciones médicas en el lugar eran decididamente escasos. Los médicos estaban
disponibles, pero con una comunidad de asistencia estimada en hasta 500 mil personas, no
menos. Mientras tanto, los Stones (por consejo de los Grateful Dead) decidieron
contratar a los Hells Angels como equipo de seguridad. ¿Qué podría salir mal? Bastante,
en realidad.
Según cálculos, incluidas las suyas, los
Hells Angels aceptaron 500 dólares de cerveza (que les suministró el manager de giras de los Stones, Sam
Cutler) para ocuparse del escenario.
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