Como parte de la realización de su obra
maestra, durante cinco largos años, Tom Scholz llevó una vida “dual”. Trabajaba
como ingeniero de diseño para Polaroid, a la par que se encerraba en el estudio
de su casa en Boston. "Fue mi escape del mundo", refiere.
No
obstante, la música que Scholz creó encontraría una audiencia de millones. A excepción
de una pieza del álbum, las restantes canciones del disco debut se crearon en
el sótano de éste ingeniero metido a músico.
El resultado es un álbum emblemático, inmaculadamente
elaborado y lleno de grandes canciones: "Peace of mind", "Smokin'", la épica "Foreplay"/"Long Time" y, lo mejor de todo, "More than a feeling", la declaración
definitiva de Boston y una de las hermosas canciones de rock jamás escritas.
(Hugo Méndez – Neostálgica Idea Musical)
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