Ronnie Wood, quien lo reemplazó en marzo de
1975 (aunque no se haría oficial sino hasta el año siguiente), se adaptaba
mucho mejor a la imagen de los Stones. Pero pocos dirían que Wood estaba en la
misma liga que un guitarrista. Charlie Watts admitió que “el período de Mick
Taylor fue un pico creativo para nosotros. Un salto tremendo en credibilidad
musical".
Mick Jagger le contó a Rolling Stone sobre Taylor, en 1995: "Era un músico muy fluido
y melódico, del tipo que nunca tuvimos, y que no tenemos ahora... Algunas personas piensan
que es la mejor versión existente que ha habido del grupo".
Es en Life,
la autobiografía de Keith Richards, donde los hilos del efecto Taylor se
articulan de manera más reveladora. Richards admite que a veces estaba
asombrado de la forma en que Taylor interpretaba "el toque melódico y su gran
forma para leer una canción", aunque también lo llama tímido hasta el
punto de ser "muy distante".
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