Pocos lo sabían, pero durante su permanencia
en Nirvana, Dave Grohl acumulaba, silentemente, una colección de grabaciones
caseras que servirían de base para su primer álbum posterior a Nirvana. En Foo Fighters, homónimamente titulado, se
reunió lo mejor de dichas grabaciones, entre ellas "This is a call" y
"I'll stick around", en un triunfo pop-punk.
En un movimiento con
clase, después del lanzamiento del álbum, Grohl optó por no conceder
entrevistas o actuar en grandes lugares, presumiblemente en deferencia a la memoria
de Kurt Cobain. En un giro irónico, el disco fue nominado para un Grammy en la
categoría de "Mejor álbum de música alternativa", pero perdió frente
al MTV Unplugged, de Nirvana, en
Nueva York.