El fotógrafo Masayoshi Sukita ha capturado imágenes de no pocos referentes del rock y estrellas de cine
que merecen el más usado de los epítetos: icónico.
Está Marc Bolan, con la cara arrugada de felicidad orgásmica y el pelo
ondeando detrás de él mientras se lanza hacia la cámara; un manchado de labios,
Masatoshi Nagase y Youki Kudoh, apoyados contra la cama de
un hotel, en el set de Mystery Train de Jim Jarmusch.
Luego está David Bowie: montones y montones de
Bowie. Sukita primero capturó al músico en Londres
en 1972, en la cima de su fama de Ziggy
Stardust, y continuó fotografiándolo durante los siguientes 35 años.
Su retrato monocromático en la portada del álbum Heroes de 1977 demostró ser tan indeleble que Bowie todavía hacía
referencia a él décadas después, incluso recreando la pose en Instagram, vestido como un miembro de Daft Punk.
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