jueves, 26 de julio de 2018

Mientras los discos sigan girando...


"No tengo tiempo para la revista Time, o Rolling Stone", Ian Anderson cantó en 1975. Incluso entonces pareció entender, y aceptó, que simplemente no estaba para ser tomado tan en serio como debería haber sido. Que ha habido pocos directores de orquesta multiinstrumentistas capaces de crear un cuerpo de trabajo tan asombrosamente original y ecléctico.

Que nadie calificaría nunca sus talentos líricos junto a los virtualmente venerados forjadores de palabras como John Lennon, Bob Dylan y Ray Davies, aunque sobre una base puramente poética su habilidad podría superarlos a todos.

Que el mundo no tuviera espacio suficiente para un viejo rockero que llevaba el cabello demasiado largo, los pantalones demasiado ajustados, permaneciendo así demasiado viejo para el rock 'n' roll y muy joven para morir.

No importa: en el tribunal de la opinión pública, las obras perseveran, estarán bien vivas y vivirán en los corazones y mentes de oyentes sensibles y exigentes mientras los discos sigan girando. Al final, Jethro Tull no es el tipo de grupo que termine recibiendo premios.

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