lunes, 23 de julio de 2018

Una canción es una canción: P J Harvey

Una de las paradojas más marcadas en Polly Jean Harvey es la contradicción entre la extrema desnudez de sus canciones, su aparente compulsión por desnudar sus emociones (y frecuentemente su carne, como en la portada de su debut Dry), y su encantadora evasividad. Harvey se niega a explicar sus canciones, y odia la excesiva atención prestada a las letras. Ella nunca ha incluido una hoja de letras con sus álbumes.

"Me parece tonto", porque no son poesías, no están destinadas a ser leídas. Están destinadas a ser escuchadas con la música. Si compro un álbum con una hoja de letras, siempre termino leyendo las primeras veces que escucho, y ni siquiera escuchas la música correctamente. Una canción es una canción, no un poema o una obra de teatro".

Si bien algunas de sus canciones no son confesionales, pero están habitadas por personajes, "todas vienen de mí. Me estoy imaginando a mí misma en esa situación, no a otra persona".

Todas sus canciones son en primera persona; detesta el enfoque desapegado y novelesco de la composición, con sus viñetas en tercera persona. "Está demasiado distanciado, es como si el escritor tratara de protegerse proyectando sus ideas en un personaje de ficción".

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