Es el 23 de julio de 1964: se
desatan disturbios durante un concierto de The
Rolling Stones en The Empress Ballroom en Blackpool, Lancashire, luego de
que Keith Richards le propinara un golpe
en la boca a un asistente que escupía al grupo.
Dos policías y 30 admiradores resultaron
heridos y el daño fue estimado con más cuatro mil libras. A los Rolling Stones
se les prohibió tocar en Blackpool durante 44
años (hasta que se levantó la prohibición).
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