Siendo el 23 de julio de 2010
la agrupación Kings of Leon tuvieron
un extraño encuentro durante un concierto en St. Louis cuando sólo habían interpretado
unas pocas canciones de su set,
repentinamente abandonaron el escenario,
quejándose de una ráfaga de popó procedente de una bandada de palomas que se
estaban enfriando en las vigas.
El grupo nunca regresa, y se ofrece un reembolso completo para todos los
asistentes al concierto.
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